Blog BH Consulting Formación para empresas – Expertos en gestion de estres
El Locus de Control es la percepción de una persona de qué es lo que determina el rumbo de su vida. Es el grado en que un sujeto percibe que el origen de eventos, de conductas y de su propio comportamiento es interno o externo a él.
Se habla de Locus de control interno cuando la persona tiene la percepción de que los eventos ocurren principalmente como efecto de sus propias acciones, es decir la percepción de que él mismo controla su vida. Tal persona valora positivamente el esfuerzo, la habilidad y responsabilidad personal.
Por el contrario, hablamos de Locus de control externo cuando la percepción que tiene la persona es que los eventos ocurren como resultado del azar, el destino, la suerte o el poder y decisiones de otros.
La importancia de este concepto reside en que si tenemos la sensación de que los acontecimientos que nos suceden y cómo se desarrolla nuestra vida no depende de nosotros, será más probable que nos sintamos indefensos ante las adversidades y suframos un estado de ánimo decaído. Si, por el contrario, tenemos un locus de control interno, trataremos de buscar soluciones al problema y disminuiremos nuestra ansiedad ante las adversidades de la vida.
Este concepto es de una importancia crucial en la gestión del estrés. Por ejemplo, si un alumno que ha suspendido un examen hace una atribución externa (“el profesor me tiene manía”), se sentirá mejor consigo mismo pero no podrá solucionar la situación. Si su atribución es interna (“he estudiado poco”), el problema tiene solución…
Otro ejemplo importante son las relaciones sociales. Si una persona explica que cierto informe lo prefiere entregar mañana, dado que no es urgente, para poder terminar algo prioritario hoy, estará teniendo mucho más control sobre los acontecimientos –y sobre su propio estrés– que alguien que acepta la sugerencia de entregarlo el mismo día sin plantearse influir sobre la situación.
En general, insistimos, se muestra una relación directa entre un Locus de control interno y una percepción baja de estrés. En definitiva, tratar de adoptar una postura proactiva frente a las decisiones y dificultades resultará en una sensación sana de control y, por ende, menor estrés.
Por tanto, y buscando la aplicación práctica de este concepto, ante cualquier adversidad pregúntese siempre primero: ¿puedo hacer algo yo para solucionar esta situación?
