Si en un número anterior hablábamos del patrón de conducta Tipo A como una persona competitiva, impaciente y con un estilo relacional agresivo que le predispone a conflictos interpersonales y a ser vulnerable ante enfermedades coronarias, en el presente artículo hablamos del llamado patrón de Conducta Tipo C, un patrón de personalidad fuertemente relacionado con el estrés.
El Patrón de Conducta Tipo C se caracteriza por rasgos psicológicos como la inhibición emocional, el conformismo, la pasividad y cierta tendencia al pensamiento obsesivo. En ciertas ocasiones pueden llegar a padecer trastornos por evitación.
En cuanto a las relaciones personales, son personas introvertidas, apacibles, extremadamente cooperadoras, sumisas y conformistas, siempre controlando las expresiones de hostilidad y deseosos de aprobación social por parte de los demás.
Este último aspecto, fundamentalmente, sitúa a estas personas en muchas situaciones de indefensión frente a los demás. Puesto que siempre desean evitar defraudar al otro no son asertivos, nunca dirigen las situaciones sociales, por lo que el estrés está presente con frecuencia en sus vidas.
Por tanto, dada la sabida relación fisiológica entre estrés y salud, los individuos con Patrón de Conducta Tipo C tienen estadísticamente mayor predisposición a reumas, infecciones, alergias, afecciones dermatológicas variadas e incluso el cáncer, este último asociado a la inhibición inmunitaria de la que padecen en general estas personas.
A modo de resumen final podríamos decir que la persona con un patrón de conducta Tipo C interioriza su respuesta al estrés, evita afrontar sus problemas, haciéndole muy vulnerable al estrés y a las consecuencias para la salud que éste conlleva.
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