Quiero controlar la ira
El primer paso es reconocer que tiene un problema con el control de la ira. Si le resulta difícil manejar su ira, lo primero que debe hacer es ser honesto consigo mismo y reconocer que tiene un problema. Una vez consciente de la dificultad, ya puedes armar un plan para empezar a hacerle frente.
Mantenga un registro de las cosas que le hacen enojar. ¿Sabes lo que causa tu ira? Ocurre en algunas situaciones y a menudo no entendemos porqué reaccionamos de forma tan enfadada frente a algunas personas o acontecimientos. Nuestros especialistas opinan que es aconsejable utilizar una hoja para registrar las diferentes reacciones de furia. Eso posibilita la supervisión de los desencadenantes y la frecuencia de la reacción.
Cuando uno sabe qué le hace enojar, puede desarrollar estrategias para canalizarlo eficazmente.
Utilice su red de apoyo: Deja que las personas importantes en tu vida sepan sobre tu interés en superarte. Ellos pueden motivarte y apoyarte cuando más lo necesites en tu periodo de cambio. Es muy importante que te impliques en dar y seas agradecido al recibir. Tienes que estar allí para ellos, así como están dispuestos a estar allí para ti. Cuando pases tiempo con personas que te importan sentirás que alivia el estrés y también te ayudará a controlar tu ira.
Rompiendo el bucle de la ira
Nuestros coaches personales recomiendan unas técnicas que puedes aplicar cuando empieces a sentirte enfurecido. Te animamos a que las pruebes.
- Grítele a tus pensamientos «¡Detente!», en voz alta.
- Usa técnicas de relajación física como la respiración profunda.
- Cuente hasta 20 antes de responder.
- Sustituye tus pensamientos negativos con imágenes y pensamiento positivo, por ejemplo relacionado con algún viaje o momento placentero.
- Cierre la puerta de la oficina o encuentra un espacio tranquilo. Medite durante cinco minutos, céntrate solo en tu respiración.
- Distraiganse de tu ira – visita tu sitio web favorito, escucha una canción que te guste, sueña despierto sobre un hobby que te apasiona, o cualquier otra cosa que te apetezca.
Otro enfoque es considerar los hechos de la situación sin fijarse demasiado en las posibles intenciones. Recuerda, no es que me hacen, lo importante es que hace. Para usar esta estrategia, pregúntate: ¿Esta situación merece mi atención? ¿Y mi ira está justificada aquí? Cuando te fijas únicamente en los hechos, determinarás probablemente que no vale la pena responder con ira.
Ponte en el lugar del otro si es este la fuente de tu ira. Así podrás ver su perspectiva. Todo el mundo comete errores, y es a través de estos errores puedes aprovechar para mejorar. Una buena forma es viendo el humor como parte de tu enojo. Aprende a reírte de ti mismo y intenta no tomártelo todo en serio.
La importancia de cambiar de perspectiva
La próxima vez que te sientas tentado a golpear a los demás, intenta ver el humor en tus expresiones de cólera. Una manera de hacerlo y controlar la ira es dramatizando la situación. Por ejemplo, imagina que está enojado porque un miembro de tu equipo laboral enfermó y se perdió un día de trabajo. Como resultado, una tarea de la que tú dependías está atrasada. Para dramatizar la situación, nuestros coach te proponen que optes por este tipo de pensamiento: «Wow, ella debe haber estado esperando meses para la oportunidad de estropear un trabajo como este, ella y probablemente todo el equipo han planeado esto, y probablemente están comentando entre ellos lo que me está afectando”. Obviamente, esto exagera enormemente la situación.
Cuando uno se imagina una versión ridícula y exagerada de la historia, es probable que se encuentre sonriendo al final de la misma. Puede ser interesante para el control de la ira relajarse ante las situaciones tensas. Las personas enojadas dejan que las pequeñas cosas les molesten. Si aprendes a calmarte, te darás cuenta de que no hay necesidad real de enfadarse, y aliviará tus sentimientos enfurecidos.
Los hábitos saludables como practicar deporte, cuidar la higiene del sueño y comer una dieta sana contribuyen al bienestar de las personas. Y por supuesto también en el control de la ira. Sólo una cuestión como la deshidratación, puede conducir a la irritabilidad.
¿Cómo mejoro el control de la ira?
Construye confianza con amigos y colegas. Las personas a menudo se centran menos en usted de lo que podría pensar. No pretenden molestarle. Esfuérzate en ser honesto con la gente. Explique sus acciones o decisiones cuando lo necesite, y mantenga siempre su palabra. Si lo hace de manera consistente, la gente aprenderá que puede confiar en ti. También podrás servirles como ejemplo a seguir.
Escucha eficazmente. La comunicación contribuye a situaciones frustrantes. Cuanto mejor escuche lo que dice alguien, más fácil será encontrar una resolución que no implique una respuesta agresiva. Así, mejora sus habilidades de escucha activa. Cuando otros están hablando, procura enfocar tu atención en lo que están diciendo y no se distraiga formulando su respuesta antes de que hayan terminado. Cuando terminen de hablar, muestra que has escuchado al reflejar lo que acababan de decir.
Se asertivo. Recuerde, la palabra es «asertiva», no «agresiva». Cuando eres agresivo, te concentras en ganar. Te preocupas poco por los sentimientos, derechos y necesidades de los demás. Cuando eres asertivo, te enfocas en el equilibrio. Eres honesto acerca de lo que quieres y respetas las necesidades de los demás. Si estas irritado, a menudo resulta difícil expresarse con claridad. Aprende a afirmarte y permite que otras personas conozcan tus expectativas, límites y problemas. Cuando lo hagas, descubrirás que desarrollas confianza en tí mismo, obtienes respeto y mejoras tus relaciones.
Más acciones…
Vive cada día como si fuera el último. Si pasas todo tu tiempo enfadado, vas a perder las muchas alegrías y sorpresas que ofrece la vida. Piensa en cuántas veces tu cólera ha destruido una relación, o te ha hecho perder un día feliz con amigos y familiares.
Perdona y olvida. Para asegurarse de que haces cambios a largo plazo respecto el control de la ira, necesitas perdonar a las personas que te han herido. No es fácil olvidar los resentimientos del pasado, pero la única manera de seguir adelante es dejar ir estos sentimientos.
Como ves, es hora de que empieces a controlar la ira. Puedes evitarlo. Siempre ganas sintiéndote mejor, la elección es tuya.