En 1957, dos cardiólogos, Rosenman y Friedman, del hospital Monte Sinaí, en San Francisco, describieron un estilo de comportamiento al que llamaron patrón de conducta tipo A.
El patrón de conducta tipo A se caracteriza por lo siguiente:
- La persona actúa con velocidad e impaciencia, siempre tiene prisa y si algo se lo impide se irrita con facilidad.
- El estilo comunicacional suele ser dominante y autoritario.
- El pensamiento es absolutista: las cosas están bien hechas o mal hechas, sin intermedios.
- La actitud es eminentemente competitiva. Incluso en actividades de ocio.
- Tiene, por tanto, una desmedida implicación en el trabajo, con tendencia a la actividad permanente. Considera el descanso o el ocio como pérdidas de tiempo.
- La preocupación está centrada en el rendimiento y los resultados finales, más que por el disfrute de la actividad mientras se realiza.
- Tiene pocos intereses y relaciones personales al margen del trabajo.
- Les cuesta mucho delegar por miedo a perder el control y por la poca confianza general en los demás.
El motivo de que hablemos de este patrón de conducta tipo A es que constituye un importante factor de riesgo para la cardiopatía isquémica. En concreto, las personas con un patrón de conducta tipo A tienen 2,5 veces más probabilidades de presentar angina de pecho o infarto de miocardio.
Especialmente revelador resultó un estudio realizado para medir la ira y hostilidad –muy característicos en el patrón de conducta Tipo A– y que mostró que las personas que puntuaban por encima de la media en la escala de hostilidad tenían un promedio de mortalidad 6,4 veces más alto que los que puntuaron por debajo de la media.
Dirigir un equipo con este tipo de actitud no es lo óptimo. Si alguien de tu equipo de trabajo necesita mejorar en este aspecto, ponte en contacto con BHConsulting y pregunta por nuestras formaciones a medida.