Estres pos-vacacional: Las 5 claves para superarlo

Estres pos-vacacional, el síndrome que acecha cada año tras el descanso anual del verano. Muchas acciones o situaciones cotidianas disparan una respuesta de estrés. La psicología clínica y la medicina siguen indagando aún sobre el estrés negativo que supone una amenaza a nuestra salud.

Todos en mayor o menor medida sufrimos estrés en diferentes momentos de nuestra vida o del día a día. Es tan común que el término “estrés” ha pasado a formar parte de nuestra cotidianeidad perdiendo precisión y rigor científico. Y en consecuencia, utilizándose como reclamo publicitario para promocionar infinidad de productos, alimentos, actividades, medicamentos, etc. etc.

Estres pos-vacacional ¿Qué es?

Siempre que hablamos de estrés en general suele connotar algo negativo. Pero en realidad el estrés es necesario en nuestras vidas tanto como aire que respiramos. ¿Por qué? El estrés es una respuesta natural de nuestro cuerpo. Y su función es prepararnos para actuar o escapar  ante una posible amenaza. Es lo que permite que nos adaptemos a los cambios, que estemos más atentos a los detalles, etc.

Sin embargo, cuando esa sensación de tensión es:

• Duradera en el tiempo o muy frecuente e intensa.
• Dañina para el organismo.

Entonces podemos hablar de estrés.

¿Qué sucede cuando aparece este estrés?

El estres pos-vacacional provoca una activación general del organismo, por ejemplo: aumentando el ritmo cardíaco, haciendo que la respiración sea más agitada y que la musculatura potente incremente la rigidez… Puede provocar: cervicalgias, migrañas o cefaleas, úlceras y problemas digestivos, etc…

Cuando hemos llegado a esto, debemos ocuparnos de revertir el estrés presente en nuestro día a día. ¿Cómo?. Desde BH Consulting, expertos en gestión y prevención del estrés en las empresas, proponemos algunas recomendaciones para superar el estres pos-vacacional.

Cuando volvemos al trabajo después del descanso estival, los niños también regresan a sus actividades escolares y llega el inevitable retorno a las obligaciones, las prisas y las preocupaciones. Los consejos para afrontar estas tensiones diarias son:

Descubre tus estresores:

Para hablar de estrés deben existir estresores. Los estresares son aquellas situaciones o circunstancias que nos alteran de algún modo provocándonos cierta ansiedad, angustia, tensión, etc. y por tanto, consiguiendo que nos estresemos. Muchas veces no es fácil detectar los estresores. Ponte ante una hoja en blanco e intenta identificar los principales estresores de tu vida diaria (por ej. sobrecarga de trabajo, una mala comunicación con tu jefe, relaciones tóxicas con compañeros de la oficina, la entrega de un proyecto, la mala organización de las prioridades, un ascenso laboral, una enfermedad, la reestructuración en la empresa, etc.). Escribir los estresores e identificarlos es el primer paso para hacerles frente.

Practica la relajación

Te será fácil hacerte con alguna de las variadas técnicas existentes para aprender relajación porque hay infinidad de libros, videos y portales dedicados a este tema. Dominar la relajación es una excelente estrategia para reducir la respuesta de tu organismo ante el estrés y fomentar el autocontrol (que resulta necesario para mantener vigiladas las constantes fisiológicas, la conducta y el pensamiento).

Cuida de tu sueño

Un sueño reparador es fundamental para que nuestro organismo cuente con los recursos suficientes para enfrentarse a los acontecimientos diarios que pueden provocarnos tensión. El objetivo es potenciar el sueño y descanso reparador para poder mantener los recursos personales en un estado óptimo. Los trastornos del sueño como el insomnio o el sueño no reparador están en la mayoría de ocasiones generados por unos malos hábitos durante el día, en los momentos anteriores a irnos a la cama, e incluso durante la noche. Descubrir y corregir estos hábitos a erradicar de nuestra rutina será la clave para descansar mejor.

Ordena tu vida

Tu mente necesita saber qué se espera de ella en cada momento. Si guardas un orden entre el trabajo y el ocio, entre el sueño y la vigilia y en cualquier faceta de tu vida, tu mente se sentirá más relajada. La planificación y la organización son esenciales para despejar la mente de preocupaciones y aumentar la sensación de control que nos permitirá desconectar cuando dediquemos tiempo al ocio o a nuestro hobbies.

Mantén tus zonas de estabilidad

Los “hobbies” y las actividades que se hacen por puro placer son las primeras que eliminamos cuando nos sentimos un poco agobiados y con muchas preocupaciones. Intenta conservar esas zonas de estabilidad y no cedas a la primera. Las zonas de estabilidad son todo aquello que produce la sensación de bienestar, para algunos puede ser salir a correr, para otros ir de cañas con los amigos después del trabajo. Las zonas de estabilidad no tienen que ver con un estilo de vida saludable, sino más bien con aquello que nos provoca placer y favorece el buen estado de ánimo.